Ha sido duro. Me he dejado la piel. Se me ha roto una cámara de tal manera que es irreparable… y así podría seguir en modo negativo. Pero la pura verdad es que: he disfrutado como un niño, he hecho nuevas amistades, he quedado satisfecho por un trabajo bién hecho y, sobre todo, he descubierto que tengo ante mi un sinfín de posibilidades profesionales.
Quiero dar las gracias a todos aquellos con los que he convivido estos últimos días porque me he sentido parte de la familia KOA Distance. Y también quiero agradecer a David Baldoví, a Miguel Angel Tortajada y a Pedro Mecinas –mil veces gracias una y otra vez Pedrito–, por la confianza depositada en mi y en Luís Pardo.
Os dejo con el vídeo resumen de lo acontecido en estos 3 intensos días: